Pajarona

miércoles, 16 de marzo de 2011

mp-erdí

24 horas de bus iquique-santiago
8 semanas de: caminata ida y vuelta 40 minutos al trabajo y/o transporte público.
Distancias sola
y bien acompañada.
Horas de música: todas.

Hay quienes les da nervio ver un conjunto de cosas pequeñas, como muchas pulgas, maíces, escamas u ojos de pescados. A otras, se les quita el apetito al ver comer en cantidad y con malos modales. A mí sinceramente, me molestan las costumbres en conjunto, cómo las cosas bellas de la vida que se vuelven rutina. Por ejemplo, subir a la micro y encontrarme con tantos personajes diferentes, pero todos escuchando música, serios y tal vez disfrutándola por costumbre.
Y solo me entero de esta realidad colectiva porque hace unos meses, bastantes quizá, perdí el mp3, y extrañamente no volví a concentrarme en otro como objetivo. y aunque era fanática de la música que me acompañaba a caminar ya me reacostumbré a no usarlo.

Llegar a santiago pudo haber sido mas brusco, en torno al cambio de ciudad y de personas, pero debo rescatar que estar en pleno contacto con mis pensamientos y los sonidos del ambiente - conversaciones, el viento y también los ensordecedores vehículos-, me ayuda para entender bien a una ciudad nueva para mí, y estar atenta a las conclusiones.

A veces se me hacen más cortas las caminatas un poquito exageradas(no mas tantito), ya que al intentar recordar las canciones se me pasan los minutos. Reproduzco temas en mi cabeza y hasta con su instrumental incluido, esperando el tiempo que toma la canción en retomar la frase, y en terminar. Además, como todos andan con audífonos, me tomo la libertad de cantar según las facultades que la ley me confiere: la música puede funcionar mientras ningún pasajero se oponga.

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