Pajarona

lunes, 20 de octubre de 2008

El fenix

Después de un año dos meses sin actividad pública (aunque nunca alguien supo de la existencia de este infrablog) me dedico a patearle el trasero a la flojera que me ha consumido durante diescinueve años. O talvez a la vergüenza, al miedo a la crítica y a todo rollo no correspondiente al tratarse de un pequeñino y amateur blogspot.
Su nombre es gracias a un tío político, que se ha encargado de sellar cada minuto de silencio en la sobremesa de la junta familiar, con aquella frasecita tan simbólica en las comilonas de nuestra chistosísima sociedad chilena.
Me he dispuesto a estudiar adelantadamente, y creo que es la única vez desde que llegué a Antofagasta. Esque si no veo venir el piano sobre mi cabeza callendo como en las películas gringas, (que quién sabe por qué cresta deciden entrarlo por la ventana), no me muevo de ahí.
Ahora que me di cuenta que tenía tanto escrito y apolillado, me pregunte si podía servir para algo, orientar a la humanidad, crear instancias de paz en el conflicto o simplemente salvarme de un troyano que me coma el disco duro sin haber tenido tiempo de salvar mis porquerías.
En la era digital, que te entre un virus al computador y lo deje inútil, es lo mismo que se te queme la casa. ¿Qué alcanzarías a salvar? solo tu vida, y los recuerdos que tenias de él (en pendrive). Asi que cúmplele la manda a san lorenzito o te hackeará el pc.