Pajarona

sábado, 21 de mayo de 2011

Caramelos de menta

En una siesta apurada, de quince minutos, cayó desde la realidad incorrecta hacia los sueños proféticos. En un circulo, en el medio, se vio sentado intentando desenrollarse a sí mismo en un cuerpo que no pertenecía a la carne. Éter, gelatina, fuerza energética en suaves moldes transparentes, conformaban por todos los hoys, su realidad inconclusa. Que las pastillas para adelgazar, que los problemas del socialismo en casa, que no me quiero juntar con ustedes. Todo se sucede para fastidiar finalmente a solo uno del total. Las escasas probabilidades que te da la vida, azar.
Cuando me encuentro habitando justo al lado de tantas vidas, hay una vergüenza que me sube por el estómago sintiendose algo culpable, talvez, pudorosa de no querer vivir lo mismo. Vete con tus goces, que cada uno obtendrá los suyos. Es la misma injusticia de la que te hable, esa que no existe, la que nace desde mi cerebro hacia los varios aspectos de tu cuento.

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