Pajarona

viernes, 14 de enero de 2011

i'm so tired

Ya llego el momento del día. Cada amanecer es incierto. Si sonrió al ver el mar por las mañanas, o me entretengo recordando la noche pasada, solo me aseguro de sentirme bien por esos instantes. Quién sabe qué pasará más tarde. Es un tumor, un mal engendro que se mueve dentro de mí. Generalmente se despierta cuando el sol se pone arriba y chorrea su luz sobre toda mi pieza. Me paraliza. Si no lo veo me asusta avanzar sabiendo que puede volver, sé que ningún puto día puedo estar libre de él. Me inmoviliza, me arranca de la firme libertad que supongo tener, y como una bola de plomo me arroja a cualquier superficie acolchonada o al suelo. Cuándo se irá? llegó para envenenarme la sangre y el corazón. No quisiera sentir ni desear aberraciones tales como las que formulo a diario, cuando me veo poseída. Para contrastarlo me duermo o salgo a pavonear, a intentar llenarme de estímulos externos para confundirme de nuevo y olvidarlo por mientras. Diluirlo con acciones altruistas y buenas vibraciones hacia los animales y los niños. Intentar sacarle el jugo a personalidades que ya parecen secas. Aprender sobre alguna otra cosa, pero nada. Tendrían que operarme para extirparlo, porque no me siento capaz de abandonarlo. Me queda esperar el día.

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