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En esta navidad les regalaré un secreto que los hará sentir mejor (a los que en este minuto están a punto de estallar,que sin duda, se trata de cada uno de ustedes). En este mundo no existe alguien que sea verdaderamente feliz. Si conoces de una persona que se autodemine como tal, miente. Los muy inteligentes se sumen en sus conjeturas rebuscadas determinando que finalmente son unos reales desgraciados, mientras que los no muy pensantes,por no detenerse a evaluar su existencia, son felices ignorando su triste realidad.

Entonces que nadie sufra más. Que nadie llore más en la vida, porque al hacerlo no tan solo redundan en la condición eterna que es el trabajo de ser humano, sino que sacan a flote nuevamente la desgracia de todos sus pares. Tranquilos, rian y pasen el rato, vallan reuniendo pedacitos de felicidad porque en realidad una sola no llegará. Son demasiadas las situaciones, las personas, los pensamientos influyentes y sentimientos destrozados que componen nuestra existencia. La probabilidad de que todo esto coincida alguna vez en un punto exacto de frecuencia plana es de 16 millones de habitantes a una. Y ese uno fue Ghandi quien al descubrirlo se murió.