Pajarona

jueves, 3 de noviembre de 2011

no quiero recibir consejos de paz
ni sabiduría de la tranquilidad.
acallar la mente
y suprimir el ego
destruiría a un alma apasionada

lunes, 26 de septiembre de 2011

duraznito



Del vasto y orgulloso reino de las frutas, el durazno es el pasaje de regreso hacia el verano y los recuerdos estivales. Mi contacto con su corteza saca chispas, y las vivas imagenes de pies descalzos sobre la arena caliente acumulando sol para ir a calmarse luego a la orilla del mar, se proyectan ante mi vista en viejas imágenes táctiles, tales como una foto en papel de foto, o un recuerdo viejo. Entonces allí mis pies son el puente de frescura entre la humedad de los granitos mojados y el resto de mi cuerpo. El mar se acerca y las huellas estampan un diseño temporal. Más tarde, allá en mi casa, los mismos pies sobre la cerámica fría llegando de la playa desplomada ante el televisor, con un durazno jugocito en mis manos, de los que trajo el abuelo de la feria. Me dijo con sus ojitos azules y ese brillo que no opacaría ni con la muerte: mira lo que te traje, cabezas de niño, si pesan como medio kilo cada uno. Sin lavarlo le pego una mordida, despertando al jugo corrosivo sobre la piel aun salada de mi antebrazo, y este pegajoso empeora con la saliva. Le sonrío al abuelo quien me gana con su sonrisa picarona. Se ríe el hombre y la cara rejuvenece, es su escencia que me responde, y yo que le estoy riendo desde hace rato pienso que nada me cuesta sonreír. Porque sospecho que es ese el conducto más consecuente con los gozos de mi alma, que tampoco son tan pocos. Y a juzgar por su cara,  me ganarían nuevamente los regocijos de la suya.

Me entrega entonces otro durazno más para cuando tenga hambre. Cabezas de gato, le llaman a los que son peludos y redondos. Medio rosados y ese color indefinible que mi aprendizaje asocia como "damasco". Y pensando sicópata, como siempre, sicópatamente en tantas otras cosas que no vienen al caso. Que no tratan de frutas, ni del verano. Que siquiera se encuentran cerca, pero que sí confluyen firmemente con el compuesto activo que mueve la tierra. Mi mundo, el suyo y al mismo viento que no se calla. Esa fuerza extraña.

sábado, 3 de septiembre de 2011

: soledad


Como un Goliat indestructible, te nutres sabiamente con el pasar de los días. Cada espacio vacío ayuda a tu composición maestra. Un paseo triste, los inviernos largos, tanta falta de volumen acrecienta tu poder.
Derribarte es superfluo. Busco a tientas el rescate vecino, el antidoto inmediato ante tu podredumbre. Me devuelves, con falsa carcajada, el sucedáneo de lo que deseo: tan acostumbrada, tan presente.
Tan incorpórea y tanto mal me haces, que te solidificas existiendo.
Mientras que cedo entonces a cerrar la boca, apagar la mente y nutrirme de lo que queda.
El imperio contraataca, opuesto a mis facultades.
Los vicios animales
El gusto por la superficie.
La poca sensibilidad
Vanalidades sobre la alfombra
y entonces
por lo visto
es evidente que esta noche me acostaré con la injusticia.

jueves, 18 de agosto de 2011

no hay pan duro!

Aliméntame.
De los papeles sociales
yo soy el mendigo.
Y como la revolución comienza por casa,
soplaré los humos en tu cabeza
te quitaré los vestidos
para cuando toques a mi puerta
con aires de pequeño burgués desteñido
(la ropa rota
la cara sucia)
yo te niegue el pan frío. 

Agua

Lloré sí, de aburrimiento.
Como toda mañana ordinaria los abrí los ojos, pero esta vez choqué de cara al mundo.
Queriendo volver a soñar me perdí en el ir y venir molesto, de dos planos que no convergen
ni en la sala de reuniones.

Lloré entonces por autoregulación orgánica.
Hay veces en que el cuerpo se vuelve insuficiente y rebalsa dudas y miedo, bien vestidos de lágrimas.
Que sin flujo del rio, no hay brisa para quienes lo recorren, ni hace música el arrollo entre las piedras.
¿traerá este mal paso aguas más limpias? o me arrastrará sin vuelta por las venas rabiosas de la tierra.
Porque mi dolor es filoso y mi corazón
infertil, o al menos por hoy congelado
y por ti comiendo hielo.

sábado, 6 de agosto de 2011

Culto a la juventud

Muchos sentando cabeza, en vez de caminar en dicha posición. No soy la energía viva, pero prendo fácil. Actitud que con los años va quedándose sola si muchos quieren sosegarse.

martes, 19 de julio de 2011

adivine usted

Gozo más recreando espejismos urbanos, que encontrándome con tu nariz de frente
sin poder cambiarme de vereda.
porque mientras actúo como idiota
tu me hablas sin problemas.

(manos de muerto
mejillas de pin pon
dolor de guata
y torpeza anormal)

Que la vida sea cíclica no es un misterio.
Que me siga pasando lo mismo cada vez que alguien se atreve
a sacudirme la cabeza,
sí.

lunes, 27 de junio de 2011

mezcalina

El día comenzó antes del amanecer. Sin poder anotar ideas en alguna superficie fija, dejó suelta a su vista de los ojos, para que ella se esparciera libremente por la playa, corriera hacia las rocas y avanzará a la velocidad óptima para vivir un juego visual, de tus ojos en medio del océano, mientras que tu cuerpo de pie en la orilla entiende poder hacer ambas cosas a la vez, sin asustarse.

miércoles, 15 de junio de 2011

Esta será mi venganza:
un día llegará a tus manos
cierto libro de poemas del cual seré autor
y buscarás alguno inspirado por ti,
sin encontrar ninguno, absolutamente ninguno,
salvo éste.


Eduardo Llanos Melussa

sábado, 21 de mayo de 2011

Caramelos de menta

En una siesta apurada, de quince minutos, cayó desde la realidad incorrecta hacia los sueños proféticos. En un circulo, en el medio, se vio sentado intentando desenrollarse a sí mismo en un cuerpo que no pertenecía a la carne. Éter, gelatina, fuerza energética en suaves moldes transparentes, conformaban por todos los hoys, su realidad inconclusa. Que las pastillas para adelgazar, que los problemas del socialismo en casa, que no me quiero juntar con ustedes. Todo se sucede para fastidiar finalmente a solo uno del total. Las escasas probabilidades que te da la vida, azar.
Cuando me encuentro habitando justo al lado de tantas vidas, hay una vergüenza que me sube por el estómago sintiendose algo culpable, talvez, pudorosa de no querer vivir lo mismo. Vete con tus goces, que cada uno obtendrá los suyos. Es la misma injusticia de la que te hable, esa que no existe, la que nace desde mi cerebro hacia los varios aspectos de tu cuento.

martes, 10 de mayo de 2011

(¡No al asilo de ancianos!)

El Toño igual es tranfu. Hace despegar a su mente por las mañanas y se le ve caminando solo a horas raras. Desvía insistente la mirada hacia los zapatos de las abuelas y las arrugas en sus manos . A esa piel que adoptó los colores inesperados del tiempo; morados, rojos, algunas manchas rosadas, pelos en las mejillas y pecas de improviso. No sé si hace dos o más años atrás, unos cinco deben ser, a su abuela Nana le salió de repente un lunar en la cara, a la altura de la mandíbula. Podía estar seguro de que el fin de semana pasado dicho acontecimiento no se encontraba allí, ni en ningún otro lugar del mundo, lo que le hacía pensar sin querer -sin de verdad querer- que la edad en conjunto con comerte, te va faltando el respeto, quitándote el control de los sucesos de tu cuerpo.

La abuela se volvia más abuela y perdía la memoria mientras intentaba entonces rescatar retazos de historia, relatando desvaríes de alguna época antigua; aventuras de la pampa entrelazadas con magníficos enredos de parentesco, en donde el hijo la acompañaba en sus paseos de bicicleta a los nueve años, o su nuera asistiendo el parto de su propio esposo. Recetas confusas pero siempre relatadas desde el pasado. Vueltas de carnero hacia atrás pero nunca un futuro. Tal vez un mañana voy al centro.

Le hablaba la Nena sin freno y este nieto, encontrando la armonía entre paciencia y locura, se sumergía ignorando su fascinación, en los detalles más raros que con los minutos tomaban sentido. Sus zapatos de enfermera, las medias demasiado blancas, el delantalcito de cocinar, la esponja con cloro pasando sobre la mesa, formaban cuadros dignos de película chilena enfocando el Toño con su mirada, el lunático 'mover las cosas' de la abuela, mientras que bien campante ella con su lunar, transmitía hasta por los codos riéndose sola.

Al retirarse a su pieza aprovechaba de llevarse hacia los bolsillos encendedores que encontrara por toda superficie al alcance, cucharillas de café, tapas de bebida o, en el mejor de los casos algún llavero. Todo objeto pequeño y brillante era de interés para meterlo en los casilleros de su ropa. Alguna vez una mujer de la familia le regaló para navidad un vestido sin bolsillos. Lo odió tanto que se negó a probárselo, acudiendo al último resquicio de su voluntad.

Habitó durante diez años la pieza trasera de la gran casona de su hija, lugar donde tuvo que mudarse cuando hasta ella misma advirtió que ya no podía seguir viviendo sola. En el rincón más escondido de esa casa, Antonio nunca pudo estar tranquilo. Le intrigaban los secretos que escondiera ese lugar, entrando a toda velocidad mientras la abuela estaba en el baño, mirando desesperado entre los cajones, bajo la cama, urgando en el closet, queriendo encontrar alguna evidencia de lo que nunca estuvo seguro, y entre esos minutos perdidos por inseguridad, ya la sentía devuelta, arrastrando los pasos y cantando sin letras sin alcanzar el límite del tarareo.

Ella sabía todo lo que pasaba en su ausencia pero estaba tan vieja que prefería ser considerada como tonta o volátil, más que sobria y responsable. Le parecía un sinsendito seguir esforzándose en la vejez, guardando la compostura y aplacando su viveza en la racionalidad moralista. ¿Hasta cuándo?
Inmiscuirse en la locura es lo más sano y sabroso, que todos los ancianos acuerdan por hacer.

Estaba en el sur cuando le avisaron, ¡tanto se decepcionó! una muerte en la vejez. Aunque fuera ese el único detalle predecible de aquella alocada mujer.

martes, 12 de abril de 2011

cualquier papel sirve

Tan cerca.
Podría saborearte, pero sé que jamás se complace a una mente enferma.
A escasos centímetros veo una carátula lánguida,
el dibujo de un ser cansado de luchar contra sí mismo.
¡por puro gusto! grito desde mi egoísmo.
Olvidando tu basura podríamos ir a ver a los gatos del puerto.
es el efecto:
tal como la música, tus palabras derramadas
congregan a todos mis sentidos en reposo.

miércoles, 6 de abril de 2011

librito de noche

¿será posiblee leer escribiendo otra historia?
imaginar redacciones paralelas al tiempo en que reúno otras letras ante mi vista.
a eso le llamo
no disfrutar del momento
o
aprovechar demasiado la vida

jueves, 24 de marzo de 2011

No hay problema si me desangro por esta actividad.
Dijo el Coco Legrand en una entrevista de domingo:
la pasión puedes encontrarla en lo que hagas más de tres veces al día
solo por gusto.
Yo me depilaba las cejas junto a la ventana
queriendo escribir eso que estaba escuchando.

miércoles, 23 de marzo de 2011

santiago en bicicleta




Me volví amable de repente. Por la vereda, a la altura de todos ellos pero sobre ruedas, no me molesta disminuir mi ritmo para esquivarlos o dejarlos adelantarme, sabiendo que más allá recuperaré los pasos perdidos. Miro hacia atrás y observo con ternura, el tétrico modo de vivir de todas estas personas.
Hay algunos que me quieren y en cierto modo -profundo y rebuscado- agradecen que mi movimiento no les ensucie la atmósfera. Yo me tapo la nariz de todos los malos pensamientos que se vienen como siempre y arranco de ellos aumentando la velocidad. Voy en medio del pavimento. Hasta que estás dentro te das cuenta de que no es difícil si mantienes buenos reflejos. Siento una micro a mis espaldas y pedaleo como mala de la cabeza, riéndome de mi cara de esfuerzo y congelándome los dientes con la helada de la mañana. Hay tanta TANTA gente. Si yo fuera muchas personas, dejaría de sobrepoblar un lugar, por bien propio y común. Hoy más que nunca desearía no cargar a un engendro dentro mio, que futuramente respire dióxido de carbono, como agua los lenguados.
Subo a la acera y es esto un juego de supernintendo. Evadir los hoyos, el barro, uno que otro perro, niños descontrolados que corren. Creo que lo que más me asusta son los otros ciclistas, pasan seguros y tan cerca, que imagino me volarán el brazo con su manubrio. Ese sería mi próximo reto, no frenar cuando vea el peligro, esquivarlo.

miércoles, 16 de marzo de 2011

impostor

hubo una vez,
- o cada día-
alguna vieja que se enviaba flores a la oficina.
yo no la juzgo,
ni con palabras.
hay veces, en que a escondidas
leo tus frases perdidas
dedicándomelas.

mp-erdí

24 horas de bus iquique-santiago
8 semanas de: caminata ida y vuelta 40 minutos al trabajo y/o transporte público.
Distancias sola
y bien acompañada.
Horas de música: todas.

Hay quienes les da nervio ver un conjunto de cosas pequeñas, como muchas pulgas, maíces, escamas u ojos de pescados. A otras, se les quita el apetito al ver comer en cantidad y con malos modales. A mí sinceramente, me molestan las costumbres en conjunto, cómo las cosas bellas de la vida que se vuelven rutina. Por ejemplo, subir a la micro y encontrarme con tantos personajes diferentes, pero todos escuchando música, serios y tal vez disfrutándola por costumbre.
Y solo me entero de esta realidad colectiva porque hace unos meses, bastantes quizá, perdí el mp3, y extrañamente no volví a concentrarme en otro como objetivo. y aunque era fanática de la música que me acompañaba a caminar ya me reacostumbré a no usarlo.

Llegar a santiago pudo haber sido mas brusco, en torno al cambio de ciudad y de personas, pero debo rescatar que estar en pleno contacto con mis pensamientos y los sonidos del ambiente - conversaciones, el viento y también los ensordecedores vehículos-, me ayuda para entender bien a una ciudad nueva para mí, y estar atenta a las conclusiones.

A veces se me hacen más cortas las caminatas un poquito exageradas(no mas tantito), ya que al intentar recordar las canciones se me pasan los minutos. Reproduzco temas en mi cabeza y hasta con su instrumental incluido, esperando el tiempo que toma la canción en retomar la frase, y en terminar. Además, como todos andan con audífonos, me tomo la libertad de cantar según las facultades que la ley me confiere: la música puede funcionar mientras ningún pasajero se oponga.

martes, 15 de marzo de 2011

ciudad

Tanto por hacer y una hoja en blanco me mira.
Caminando contra el tiempo, muchas vidas se interponen.
Quisiera plasmar en códigos abstractos,
esto mismo que estoy pensando.

Bruscamente el semáforo me detiene,
prefiero esperar mirando hacia arriba.
El día está nublado y en mi corazón se precipitan
las lluvias que caerán sobre nuestra tristeza.

viernes, 11 de febrero de 2011

Burocracia

viviendo experiencias tormentosas
me inundo de emociones cada cuarto de hora:
me niegas lo que deseo (desesperación)
luego lo entregas (alivio)
pero con una condición (miedo)
son tres segundos para perder el equilibrio.
creo que ahora tendré que pagarte mis penas.

Estoy cansada,
te miro angustiada, detrás del mesón
supieras que de ti,
de una persona natural,
y de tu firma
depende
mi futuro inmediato.

jueves, 3 de febrero de 2011

Juan segura vivio cien años, pero con miedo.

si dices que sí, de inmediato tu vida se quiebra, y cambia.
si dices no, tal vez evites problemas pero también experiencias.
por lo tanto
el silogismo arroja:
es mejor atreverse,
que girar en círculos
eternamente.


sábado, 29 de enero de 2011

neoputa

Calienta la sopa
y no se la toma.
en su lugar
acepta las cenas,
te deja mirarla
y luego
recoge las flores de tu funeral.

sábado, 22 de enero de 2011

yija!


Viajemos.
si por hoy no pretendes moverte hacia otros parajes
y las superficies te obligan a quedarte quieto
desafiemos a la física:
la estación espacial que tenemos sobre nuestros ojos se abre y

..................................................a
..............................................g
..........................................e
......................................p
..................................s
..............................e
.........................d


hacia la estratosfera.


Ahora bien, ¿qué te espera?
puedes bajar donde quieras
espero no vuelvas al mismo lugar de partida
aprovecha que el mapa se ve pequeño
pon tu vista de águila en algún punto atractivo
- forma, color, textura-
y desciende.




jueves, 20 de enero de 2011

?

el misterio guarda aquello

horrible que no se ve

por eso te denomino

como

misterioso


lo vulgar entrega todo

pero no miente

ni avergüenza

a sus secretos


qué tanto cuidar la intriga?

derroquemos la mala costumbre de conservar ilusiones

demostremos nuestra esencia pronto

agilicemos el tiempo

no será justo

que alguien cargue con tus decepciones.


miércoles, 19 de enero de 2011

manuscrito

Aunque siempre te reste importancia
digamos que eres de ayuda.
Tus errores me enloquecen
y mis reacciones son atrapadas
desvestidas
por palabras.

Si necesitamos crear
por desesperación
- ni trabajo, ni poder -
estaremos , creo yo (y esperando francamente que me crea usted)
más vivos.


bueno chau

Me voy a dormir
así como haces tú cuando me dejas
desvestida,
con tu cuerpo de espaldas a mi.

Roncas.
¿Sabías que roncabas?
y que cada aliento mal respirado me entrega un millón de mensajes distintos
ansiosos cada uno
de ser el correcto.

Me voy a dormir
como tú cuando me dejas soñando sola
con los ojos abiertos

el 'recién' de hace un rato
anduvo algo descolorido
te vas y yo me encargo de adornarlo
como quisiera,
hasta dormirme.

gibberish

supieras lo bien que me hace todo esto
- ha sido hermoso-
si fuera injusta diría
que la he pasado mal
con decepciones e infortunios
pero es inexplicable el amor con que puedo relatármelo.

resumiendo
----------------
estuvo todo mal y aquí me encuentro
como si nada
engendrando poemas
-----------------

círculos


los hombres (de género)
seguirán por siempre
siendo tal como hoy:
contaminados
mal educados y obedientes al modelo impuesto,
dotados
de ceguera persuasiva,
y apagada intuición.

Te vio
te comparó con todo lo que ha deseado
disminuyó su paciencia y encasilló esta información en segundos
-en lo que prende fuego y lo acerca al cigarro-
luego se sonríe
para mentirle otra vez
a su contento,
corazón contento.



martes, 18 de enero de 2011

oda al odio

me desespera no creerte
me desespera tu imbecilidad
me agobia el hecho de que vivas libremente sin advertir tu estupidez.
que te sea permitido respirar y tener relaciones sociales subvencionadas en su mayoría por tu atractivo estuche.
odio que te esfuerces por agradar (y que lo logres)
que seas predecible para mi y para nadie más (por lo tanto solo yo sufra al anticiparme a tus dichos)

detesto tus palabras
y oraciones escritas.
tu dudosa espontaneidad que busca ser aprobada.

si rió contigo es que me estoy riendo de ti
(que se caiga del caballo
se lo lleve un remolino
trague agua salada hasta volverse loco)

lloraré cuando no estés
por no tenerte cerca
para odiarte justamente
soy persona de tradiciones
y con los muertos no se juega

viernes, 14 de enero de 2011

i'm so tired

Ya llego el momento del día. Cada amanecer es incierto. Si sonrió al ver el mar por las mañanas, o me entretengo recordando la noche pasada, solo me aseguro de sentirme bien por esos instantes. Quién sabe qué pasará más tarde. Es un tumor, un mal engendro que se mueve dentro de mí. Generalmente se despierta cuando el sol se pone arriba y chorrea su luz sobre toda mi pieza. Me paraliza. Si no lo veo me asusta avanzar sabiendo que puede volver, sé que ningún puto día puedo estar libre de él. Me inmoviliza, me arranca de la firme libertad que supongo tener, y como una bola de plomo me arroja a cualquier superficie acolchonada o al suelo. Cuándo se irá? llegó para envenenarme la sangre y el corazón. No quisiera sentir ni desear aberraciones tales como las que formulo a diario, cuando me veo poseída. Para contrastarlo me duermo o salgo a pavonear, a intentar llenarme de estímulos externos para confundirme de nuevo y olvidarlo por mientras. Diluirlo con acciones altruistas y buenas vibraciones hacia los animales y los niños. Intentar sacarle el jugo a personalidades que ya parecen secas. Aprender sobre alguna otra cosa, pero nada. Tendrían que operarme para extirparlo, porque no me siento capaz de abandonarlo. Me queda esperar el día.

miércoles, 12 de enero de 2011

mirando

Acumulando momentos y también esperas (como que no se aprende nunca)
Me falta poesía y vengo a entenderlo ahora, después de ser la dueña de la causa consecuencia. poseedora de la verdad absoluta, y los consejitos de lo que no hay que hacer. al final, desnudar las verdades roba sueños y esos animales ficticios de un solo cuerno. no debería olvidarme de la belleza sin explicación y esas descargas eléctricas que la piel te avisa que estas sintiendo al ser parte o testigo de una experiencia tan perfecta como la belleza. no olvidar admirar los brillos, mirar al cielo con detenimiento y posar la vista concentrada en un metro cuadrado de él, celestiando y esperando que algo pase por allí. Estoy actuando sin conciencia, ahora que recuerdo, la otra mañana abrí los ojos y vi transitar a pequeñas sorpresas dentro del marco de mi visión. tres parapentes y de pura buena onda, uno tras de otro. luego aves todas negras por la altura. luego nada.

sábado, 1 de enero de 2011

5,4,3,2,1.........

di muchos abrazos de feliz año nuevo entre mi familia pero no pude acompañarlo con alguna frase esperanzadora para ellos. No sé por qué hueco me he metido de la cama que ya no puedo participar de nada sin destruirlo en mi mente, los mind games que mencionó su santidad jonh lennon se han encargado de arruinarme los días, tradiciones familiares, religiosas, cumpleaños, navidades y el año nuevo. Es a lo que se le llama una persona amargada? porque en realidad disfruto bastante de cada ocación pero no la vivo o no la comparto con mis creencias. de verdad que no puedo desear un año lleno de felicidades porque sería anormal, debe existir la dualidad de lo bueno y lo considerado como "malo" que al final no es más que el impulso para que el espiral avance y se convierta en nuestra vida.

asi que AÑO NUEVO no más, para todos los humanos.

viernes, 17 de diciembre de 2010

Canturreos

Cuando caía la tarde, a la hora en que los adultos dormían la siesta, recorría pieza por pieza, vigilando el sueño de todos para entonces dirigirse a su lugar favorito. Acto seguido, tomaba un cepillo de pelo, tubo de pasta dental, lápiz de tinta, o cualquier cilindro que cupiera en su pequeña mano, y se dirigía al lugar secreto. Era el rinconcito menos habitado de la casa de su abuela Grecia, justo al final del patio, circundado por ciruelas y hojas secas que cayeron - y seguían cayendo- de los árboles milenarios que alguna vez emergieron de la tierra.

Luego de recolectar algunas brevas del suelo y respirar del aire fresco que Santiago aún no privaba, se inundaba de todo el silencio del gran patio y comenzaba a cantar. Apretando fuerte el cepillo de pelo que simulaba un micrófono, se instalaba en el escenario para cantarle dentro del sueño, a todos los dormidos de la casa.

De su boca, una verde enredadera surgía tímida, y en sus puntas, florecían las notas musicales de la canción. Hermosas flores, pétalos rojos y azules se dibujaban en el aire, aunque grises cuando callaba de golpe al oír cualquier ruido humano a la redonda. Con cada nota alcanzada, la planta se enredaba por sus pies y la arrancaba suavemente desde el suelo, levantándola de a poco sobre todos los muebles, animales y vegetales que se hallaban en el patio.

Como cantaba con los ojos cerrados, no sabía en qué sector ni altura se encontraría la vez siguiente. Una tarde mientas cantaba imitando a la de Cristina y los subterráneos, “pulgas en el corazón, perros en el callejón...”, la planta la dejó sobre el techo, y desde la cocina, su hermana Cecilia la miró asustada y corrió a contarle a la abuela, quien en vez de regañarla la invitó a bajar para comer torta de damasco, los que habían recolectado durante la tarde. La tomó en brazos y la llevó consigo hasta la cocina. La niña esperaba con impaciencia la tarde siguiente para seguir cantando.

Esa noche no podía quedarse dormida. Hace un mes que se atrevía a dormir sola, e imaginaba historias que protagonizaban los peluches de su repisa. Sentía que la observaban y le hacían muecas, impidiendo que se entregara al mundo de los sueños.

En un arranque de miedo, salió al pasillo y al escuchar los ronquidos de sus abuelos se sintió en confianza de poder cantar, y no ser oída. Cuando se vio a sí misma en el bosque cantando como Blanca Nieves, rodeada de pájaros y flores, se golpeó fuerte en la cabeza. La enredadera la había llevado hasta el techo. Cecilia, que era reconocida por traviesa, halló la ocasión para acusar a su hermana, y despertar a los abuelos.

La niña, asustada, no fue capaz de bajar. Así que siguió cantando hasta traspasar el techo y encontrarse con la noche fría. Continuó aumentando las notas cada vez más, hasta enredarse con una nube. Cuando entendió que estaba muy lejos rompió a llorar y entonces la gran planta se enrolló en ella y la hizo bajar hasta su cama. Para cuando abrió los ojos se sintió satisfecha por haber encontrado la clave para bajar, cuando no quería cantar.

lunes, 6 de diciembre de 2010

no seas hocicón (contigo)


A veces hay que aprender a no contarle todo a la gente. Si sucede algo importante en tu vida, manéjalo y resuélvelo, porque estas personas, aunque deseen, jamás entenderán lo difícil que significa para ti. Se referirán a ello como un trámite, preguntarán sobre el avance de la situación, y tu estado de animo con la noticia a cuestas, te retarán por no superarlo y de a poco, sin que tengan ínfima idea, obtendrán discretamente un manejo total e inconsciente de tu realidad.
Contar esos problemas que para otros no lo son, es una conducta indomable. La noticia y tu emotividad imploran exteriorizarse, aunque finalmente te lamentes de haberlo propagado y no guardado en la caja de los secretos personales que cada uno debiera tener, situaciones que pertenezcan solo a tu mundo interior y que en cuanto se solucionen o tomen una dirección propia, puedas recién contarlo como una anécdota. (forever -and saves- alone)

martes, 23 de noviembre de 2010

...................................nada

´jj´jjholá ´poerfavor di´me que´va´s a fu´ncionar´,´bie´n, no como un´idio´tááá´`1a´´aa´
por favor portate como la gente. no antepongas signos de puntuacion que no quiero, ni mayusculas en lo poco importante. no puedo creer cómo te has convertido en el principal de mis labores, en el puente indestructible y a la vez muy fino entre mi imaginación y la realidad. por un teclado me puse a llorar. comenzaste a tomar vida y a`escribir lo que no te ordené, como `some`tiendome a lo que muchas veces te someto yo. `Que relates todo lo que yo deseo`, sin que pienses. si tomas tus desiciones me parece un error, cresta se echo a perder el teclado, se volvió loco. lo descònecto, y reinicio. está mala e`sta `wea!! le pego, y sig haciendo lo suyo. lo golpeo con mayor fuerza`````````que se ha creído esta porqueria. tu objeto, yo humano, ya sabes bien````quien manda. te apagaste, cochinada. con todo mi poder racional sigo dependiendo de ti.

lunes, 8 de noviembre de 2010

Paseo en patines


Hoy es el cumpleaños número sesenta y seis de Gustavo. Ha estado moviéndose por la casa, visitando los mismos rincones durante media hora. La cocina, el patio, la sala de los cojines y la cocina otra vez, se atraviesan por su camino en dirección a nada físico. Tal vez hacia algún recuerdo.

La oscuridad total de la casa aumenta su angustia. Hace décadas que su aniversario había dejado de importarle, claro indicio de que se estaba quedando solo. El sol había dejado de brillar para él, así como para todos los demás habitantes de Antofagasta.

Acababa de salir de la universidad, cuando el mito comenzó a esparcirse en su cabeza. Hacia el año 2012 se alinearían los planetas. Se derretirían los glaciares y desaparecerían algunas islas. El calentamiento de la tierra y los gases tóxicos no permitirían respirar. La marihuana sería legalizada y la venderían en el kiosco más cercano. Gustavo era joven, y ante esas bases de la vida, esperó la venida de cualquiera de esas alternativas, pero siempre atento a un cambio. Sin embargo, nunca imagino que el norte eterno que rodeó los mejores años de su vida, dejaría ese color amarillo permanente, para pasar al más crudo frío sin colores, blanco de día y negro de noche.

Enciende la chimenea y las paredes crujen. Abriría la ventana pero no, es mejor así. Si allá afuera no se sabe de él, no tendría por qué él saber cómo va todo en el exterior. Gustavo no se fue a la montaña, ni al campo ni al desierto. Solo un día albergó todo lo necesario para vivir, y dejó de existir para siempre. El mundo siguió girando sin su intervención. La humanidad perdió una potencial fuente laboral, un empleado público, un posible amigo, padre en potencia. Gustavo nunca fue a la montaña. La montaña y sus hielos, vinieron por él.

Los polos se opusieron. El Tíbet se fue al hemisferio sur del mundo y los Andes, en estos momentos, alberga a monjes que acuden a retirarse y a meditar en lo alto. El calor tremendo y anormal que ha llegado a esa región, ha hecho cambiar el modo de vida de los tibetanos, pero ellos reciben la gracia del sol, su claridad y tibieza, como una bendición. Como el gran premio producto del buen comportamiento oriental, que al menos no se confundió tanto, como el occidental.

Sudamérica, Chile, y dentro de él, Antofagasta, se enfrentan al godzilla climático. A una gran cámara indiscreta de tiempo indefinido. De promedio 16 grados celcius de temperatura en primavera, bajó hasta llegar a menos 3 todos los días. La luz también fue apagándose indiscriminadamente y ahora la ciudad se basta de vagos destellos al amanecer que se mantienen débiles hasta el ocaso.

Aunque Gustavo cuenta con una importante reserva de provisiones y agua, la temperatura ha descendido tanto que congela las cañerías de su casa. Y por gracia, sería ese el factor que lo hará reencontrarse con la vida de afuera.

Quitó de la puerta, las capas aisladoras de frío y se abrigó con orejeras, bufanda y pantalón de invierno. Finalmente desempolvó el antiguo paraguas negro con las inscripciones G.B, y tomo el primer bocado de aire puro, después de muchos años de cautiverio voluntario.

Frío. Descubrió que su atuendo no supliría ni el diez por ciento de sus necesidades. Oscuridad imperante acompañada de un hielo tremendo. Los antofagastinos se cubrían de un grueso traje tales como los que utilizaban los mineros hacia el año 2000. Tiritando, bajó hacia el centro por calle Uribe para comprar bidones de agua en el supermercado. Un desierto de concreto se presentaba ante sus ojos. Basura fosilizada, como perteneciendo al pavimento. Envoltorios de antiguos Súper 8 y papitas Lay’s cristalizadas junto a muchas otras basuras fijadas al suelo. Los supermercados y tiendas del centro estaban muertas. Se rió para dentro al pensar que llevaba diez mil pesos para comprar. Los billetes deberían ser parte oficial del pasado.

El frío le tensó la piel. Quiso ponerse en movimiento y así aprovechar de recorrer la ciudad de su infancia. Bajó y los bañistas de antaño eran ahora patinadores sobre hielo. La vida se trasladó al océano. Pequeños iglúes tales como campamentos de emergencia, situados a lo largo de la playa, destruyeron su teoría de que Antofagasta no podía expenderse más. Jamás considero al mar congelado. Gustavo estaba absorto. Dicen que las bajas temperaturas hacen a la gente más parca, como sucede en Rusia, pero en este caso, la situación había creado un ambiente de cooperación y compañerismo entre las personas. ¿Sería este el clima el adecuado para reparar una Antofagasta hostil e individualista? Se dio cuenta de que el futuro que esperaba de la ciudad no era tan malo como creyó. El calor del sol era quien derretía los ánimos y hacia arrancar a unos de otros. El frío requería de la unidad. Pensó seriamente en cambiarse de casa.

martes, 2 de noviembre de 2010

berguensa


La música que sale de nosotros es la más bonita. Me hallo cantando muy emocionada y hasta orgullosa de lo que oigo salir de mi boca. Pero nada que ver, es horrible y por eso sé que si alguien me escuchara, pensaría seriamente en lanzarme por la ventana. Debo confesar que he deseado la muerte del que me ha visto haciendo algo vergonzoso, casi siempre relacionado a lo artístico. Bailando ballet cuando chica, imitando a “muñeca brava” frente a la tele, creyendo cantar como Shakira, y hip hopeando con eminem en la canción en donde encierra a dido en un maletero. Mala. Pero también debo decir que he pillado a gente haciendo cosas y me gusta guardar ese recuerdo. La Teresa besando a la pared a sus once años, mi prima hablando sola cosas idiotas, y a la misma prima jugando a la cocinita haciendo un programa de tele. ¡Pero si no tenía nada de malo! Por qué uno se esconde? ¡qué es eso de la vergüenza! Para variar, una ilusión humana de tantas otras inventadas (universidad, la moda, y a veces el tiempo). O tal vez son necesarios esos espacios interiores donde se puede hacer el ridículo, experimentar hacer en secreto lo que en realidad no tiene mayor importancia en los demás, pero que para nosotros son el mundo.

domingo, 24 de octubre de 2010

promesa cachipún




¿Estará bien revivir a un recuerdo quieto, para llamar a la endorfina? como imaginar y continuar situaciones incompletas, sazonarlas al gusto propio y alivianar el día con creaciones volatiles y libres, sin derechos de autor.
Si camino por la calle ya supone que voy avanzando hacia ti aunque no encuentre tu corporeidad.
Estuve tan muerta que necesito escudriñar en un nuevo amor terrenal, como por jugármela a dirigir mi vida en una película en tiempo real. Mi espíritu desea nutrirse del complemento emoción, de que exista un 'otro' fascinante. ¿Será que no puedo vivir sola sin idealizar a los seres humanos, por falta de ese componente en lo que hasta ahora se contextualiza como mi vida? o será que estás siendo y todo esto se transforma de súbito en la más pura realidad. Te iré a buscar, desafiaré a la geografía aunque le hiera, y cuando me diga papel yo sácare la tijera.

lunes, 18 de octubre de 2010

Matando a Marta




Marta doesn’t speak english. Llegó hace dos semanas desde Estados Unidos a Camarán, una localidad de habla hispana compuesto en su mayoría por inmigrantes, que escapando de la brecha del idioma, se congregaron casualmente en dicho lugar. Porque la Marta jamás pudo comprender el inglés. Hilvanar una pequeña frase o idea le resultaba aparte de difícil, innecesario, porque para ella era suficiente mirar a la cara para comunicarse exitosamente con el otro. Trazaba y enganchaba en sus ojos, nariz, pómulos y comisuras de los labios, un hilo imaginario del cual tiraba, cambiando sus expresiones y con ello, pudiendo contar la historia de su vida, sin necesidad de manejar siquiera el castellano. Con su rostro dramatizaba las comas, los puntos seguidos y finales, siendo pionera en un idioma que ni los sordomudos se esperaron venir en la tecnología de las comunicaciones.
Apenas posó sus antiguas maletas de cuero oscuro sobre suelo camaranés, miró a su alrededor y sintió esa emoción que se conecta desde la vista hacia el corazón, decidiendo que esta (ahora sí) sería su nueva tierra. Tendía a realizar ese ejercicio en cada país y localidad vivida; el de bautizar subjetivamente los lugares al momento de identificarlos con algún detalle que llamase su atención. Podrían ser recuerdos, nociones de vidas pasadas o tan solo una palabra, el requisito indicado para refundar las ciudades en su mente.


Muerte 1

Esa tarde de verano, Marta desembolsó sus nuevos ahorros -ya que los de toda la vida fueron gastados el mes pasado en un viaje del que no participó- y pagó un taxi dando al chofer la orden facial de “a la playa más concurrida” por el espejo retrovisor. Una vez allí echó un vistazo general a los bañistas y soleros que gozaban en plenitud de la estación más amarilla del año, y se sentó frente al mar. Niños jugando en la arena, niños llorando en el agua, parejas besándose bajo el sol, amigos riendo en la sombra; mucha gente rodeándola sin advertir su presencia. Sonrió y se devolvió al coche esta vez sentándose de copiloto. Su rostro se ensombreció. Era tan turbia su expresión que fue incapaz de señalar el próximo destino al chofer. O él intentar comprenderlo. Se quedaron estacionados unos minutos que parecieron décadas, hasta que consiguió la mujer señalar el siguiente lugar. A muchos metros hacia abajo del acantilado reventaban las olas, en una playa tan oculta, que ni el conductor supo anticipar. Extrañamente ella pareció conocer el camino desde antes. Desde más joven cuando no era más que una cajera de banco que reducía su universo a una cabina blanca y generar dinero. De cuando hablaba todo el tiempo para rellenar el vacío de su alma. Cuando no imaginaba salir desde su tierra natal hacia el mundo y conocer nuevas culturas. Cuando conoció también a ese hombre que la quitó de toda la monotonía y la llevó a vivir del modo que hoy lo hacía. Pero que la dejó viviéndolo sola, porque ya no estaba. Del mismo modo en que él quiso escapar del mundo terrenal, lo quiso hacer su aprendiz. Hoy decidía quedarse para siempre en un lugar, y sacar la voz por última vez, en un grito de libertad.
Se precipitó a la orilla del acantilado y el chofer contrario a la reacción natural de salvar al otro y quitarlo del error, dio pasos atrás despidiéndose con la mirada de quién lo acababa de condenar con su ejemplo, a ser el próximo aventurero, incluyendo si él quisiera el viaje cúlmine, a la próxima dimensión.


Muerte 2

Descubrió que se ubicaba en el mercado de la ciudad, y se dio cuenta de que no había ingerido alimento alguno en dieciséis horas de viaje, por lo que quiso ir a ver qué propuestas culinarias le ofrecía aquel lugar de tanta actividad y colorido. Como era una distraída profesional y fiel creyente de “esconder en evidencia”, dejó sus maletas a costado de un kiosco de revistas, bien a la vista de los transeúntes, de manera que no se le fueran a perder
Cruzó la calle y al pasearse por el borde del mercadillo se puso nerviosa al no saber por dónde empezar. El cítrico olor de las frutas la confundía, y los dulces de la zona le hacían guiños desde sus envolturas artesanales. Ingresó a ese sector en donde todos comen compartiendo el mismo sitio reunidos de a par, trío, o grupo humano de más integrantes , ignorándose entre sí para delimitar de algún modo, el espacio personal dentro de una ciudad tan demográficamente densa. Ella sería el primer solo de mesa en cuanto leyó “pescados y mariscos” sentándose con decisión a saborear el plato que desde la entrada la camarera advirtió por su cara, qué deseaba. Una suculenta sopa de mariscos se asomó a su mesa, y, observándola detenidamente por unos minutos, decidió tomarla antes de que dejara de humear. Los cuchareos iban cada vez más frenéticos, era posible ver a Marta desde lejos como en cámara rápida, con atención fija en su plato, comiendo como si en eso se le fuera la vida. Y de todas formas, no estaba tan lejos de la realidad. Cuando el cuenco de loza estuvo vacío, empezó a sentir que en su cara se ponía colorada y la temperatura de su cuerpo subía. La azotó un terrible dolor de cabeza impidiéndole pensar y segur los síntomas que continuaban emergiendo de su cuerpo. Al cabo de veinte minutos, que parecieron horas, se encontraba apoyada en la entrada del mercado, hinchada como una pelota, de pies a cabeza. Su estómago se convirtió en su peor enemigo, y después de tanto tiempo practicando su afasia, había olvidado cómo pedir ayuda. Su rostro se perdió entre tanta carne, su cara hinchada como una albóndiga no comunicaba orden alguna, estaba destinada a sentarse en la cuneta a seguir sin resistencia, su inesperada muerte. Minutos más tarde, subjetivamente, demasiado tarde, Besta, conocida de antaño, descubrió que era Marta quien yacía inmóvil en el piso. Se acercó, aunque no demasiado, y siguiendo su camino, se fue pensando en una sola palabra: camarones.


Muerte 3

Para un taxi y este le ofrece una tarjetita con el nombre de un hostal. Marta cansada por el peso de las maletas, decide alquilar pieza en el lugar solicitado. De lujo según ella, porque tenía agua caliente y balconcito con vista a la calle más linda de Camarán, según ella también. Va por toallas limpias y saluda a algunos hospedados al pasar hacia el baño compartido. Una vez allí se desnuda y entrega a la tibieza del agua, relajando todos sus músculos y envolviéndose del suave aroma de las hierbas que recoge en todo lugar guardándola en sus bolsillos, y que en momentos como este, las involucra en el agua haciéndola sentir en el campo, recordando la frescura de la manzanilla y de la … un brusco golpe de sonido la hace despertar. se abre la puerta y ahora, tiembla. Es Besta, la única persona en el universo que podría sentir odio hacia ella. Su hermana mayor quien jamás la perdonó por tan solo haber ocupado su lugar al momento de nacer y robarse la atención de todos -porque la niña es muda- dramatiza burlesca.
- Te demoraste en llegar querida hermanita

Besta, fuera de sí, alzó el secador de pelo para darle un último uso al tirarlo a la bañera donde Marta miraba horrorizada el rostro de quien fuera la única persona que había escuchado su voz.
Luego de electrocutar a su hermana, la limpieza se hizo fácil. En menos de una hora no había evidencia del hecho. Como si nunca hubiese existido la misteriosa Marta.

CALLAD

Como bien dijo Nicanor, el pensamiento muere en la boca. Probablemente halla aniquilado un montón de conjeturas y teorias propias, que al divulgarlas redujeron su alcance a uno o dos oyentes. Es por ello que hoy comienzo a callar tanta idea, y transpasarla intacta al papel. La palabra no se ensuciará más en el titubeo del pensar.

mar




Para aprovechar la hermosa costa que tiene Antofagasta en sus confines playeros, andar a pie es lo más sensato. Si caminas distraído y con la mente ocupada, es posible que sigas obediente al camino que indica esa maciza hilera de concreto que separa y bordea todo el litoral. Pero, si vas atento al gran espectáculo que pueden significar las olas, estallando y persiguiéndose cada tres segundos, uno entiende que no existe razón para observarlo desde la vereda, sino que es urgente saltar el muro y bajar por las inmensas rocas para encontrarse de repente con un ambiente que al parecer y si es que el mundo de verdad se pone tan justo con uno, te entrega un espectáculo (y un receptáculo) para ti solito, ya que nadie se acerca a ese lugar. ¿La razón? hay que estar allí para entender que las inmensas olas ni siquiera te salpicarán la cara porque no sé a quién se le ocurrió la verdadera maravilla de crear un rompeolas o algún tipo de sistema para que esos tubos transparentes, todos presos del efecto centrifuga, se luzcan al comienzo con fuerza y majestuosidad, pero que, al final, acaben convertidos en una humilde cascada tímida, como perrito pequinés después de haber corrido hasta a ti como un forzudo rottweiler. Así es. Pero no se sabe hasta que se está, y valla qué flojera les da a todos comprobarlo y arriesgarse a mojar su ropita.
Así también se puede observar a variado tipo de aves, que, por no detenerse a bajar a dicho lugar o por último cerca del mar para contemplar como dios manda, se le llama a todos "pájaros" y por favor, es como llamar "comida" a un pastel, una cazuela de campo y una hamburguesa Mc donallds. Los pájaros no son todos lo mismo. Desde mi comodidad (una roca plana asombrosamente anatómica) distingo 5 especies distintas, con variados colores aunque a lo condorito: negro, blanco y rojo, pero así como en el comic, en distintos lugares y formas, diferentes en tamaño, pico, alas, cola, y hasta cántico (graznan , pian, no lo se), pero preciosas cada una juntas y por separado, siempre guardando la distancia prudente entre ellas, no como nosotros que nos atochamos en cada lugar sin dejarnos respirar, convirtiéndonos en enemigos más que en añorados compañeros de especie.
Y anda a ver tu que esa ave bonita de la boca roja le hace quite a la ola creyendo que se mojarálas zapatillas. Ahí se queda sabia de que un poco de agua no mata a nadie.
Así que me acerco más aun
que el agua salada me toque la cara, y que me contagie de esa increíble energía y fuerza que solo el océano tiene.

poema

te tiraste un peo
dijiste algo feo
todos se fueron

la loca ester

Me gusta el instrumento de papel que hace caminar a pasos cortos y rápidos -y cada vez más histéricos- a mis pensamientos, que con aire trasgresor entran sin más a mi conversación interna y comienzan a ordenar todo el esquema que tenía pensado, como quitándome del error. Son como esas mamás que cuando van a ver a su hijo que vive solo, empiezan a limpiarles la pieza.

Es medio temprano o así hace creer el clima. Me gustan las mañanas pero generalmente no son muy tranquilas. Incluso, si estoy despierta es porque tengo que ir a clases, estudiar o hacer algún trámite, lo que me sugiere siempre obligaciones. En cambio hoy ahora, rico. Una mañana intencionalmente nublada y fría para mí. Súper deprimente y por lo tanto, desafiante. Desde la inertidad de mi cuerpo sobre la silla, me siento más feliz que nunca y entiendo que no necesito incorporar nada más para mejorar este momento. No permito la entrada a comentarios de la calaña “podría hacer” “podría llamar a” “estaría mejor si”. Lo mejor es ahora y sola, es que no necesito de nadie. Si las personas se detuvieran una vez en el día a conversar y tirarse tallas con el yo interno, vivirían más contentas y menos dependientes. Por lo tanto menos lloronas, menos sicópatas, menos asquerosamente sensibles, menos enojonas. Ah y no existirían las peleas, porque no habría de qué reclamarle al otro que no llegó a donde habían acordado, ya que con uno basta.

¿Acompáñame al baño? No damos oportunidad de poder conocernos y poder comunicarnos con nosotros. Será por eso que obligamos a los amigos a que nos vengan a visitar con asistencia obligatoria y sino me enojo, y no te hablo por Messenger. Quisiera salir a compartir este secreto a todos los llorones de la micro que miran por la ventana pensando, pero soy tan egoísta.

Con esto de que van a prohibir bajar música de Internet, estoy descargando como las tontas hasta cachureos. Falta que hagan una advertencia de que te quitarán algo y todos empiezan al tiro mierda, al estilo Juanes “nunca sabes lo que tienes hasta que lo pierdes”. Bajé un disco, al que la dani le llamó “música de aerebox” y que me tiene cavilando alto, porque empieza tímido con unos soniditos de tetris chino, y después se afirma fuerte a lo perfecto donde me uno yo también, a todas las notas de la melodía. Cuando voy de lo mejor, algo incrédula de lo lejos que me encuentro, me deja caer sobre la silla, como un meteorito rápido y de mierda. Esos estúpidos efectos estridentes inesperados se están desquitando conmigo.

No pasa nada con la música desde el computador, tiene que ser con audífonos. Es que no se desperdicia ningún sonido, ninguna intención. Pescando un poco, puedo alcanzar hasta el tono más extra en la canción. Buena.

after shower


Encontré un poco extraña la manera en que necesitaba quitarme toda el agua de la piel. Enfermo entusiasmo demostraba a los marcianos y microorganismos que me estaban mirando, al frotar con fuerza mis brazos y piernas después de una tibia ducha. Más bien, agua hirviendo. ¿Por qué uno no tolerará el frío? alguna temperatura un grado más bajo que nuestro cuerpo, sobretodo si se trata de agua. Estas desnudo y no te puedes abrigar. Pienso que el frío para los peces debe ser una tema muy trascendental.

cherati



¿Cuántas personas escucharon a Cerati este día, o en este preciso momento y sienten un pequeño estremecimiento de dolor?
Nunca he sido su fan, no sé demasiado sobre su vida, solo tengo la noción universal de reconocer su voz en cualquier melodía, sean temas nuevos, y siempre lo he encontrado un seductor empedernido.
El sabe dónde poner la voz y las frases en el momento acorde con la música, cosa que se quede en nuestras mentes como un mandamiento,
que al leerlo no produzca lo mismo
que al escucharlo.

Mi canción favorita de su último disco es Magia, y habla de que todo el universo conspira a su favor. Y la situación que atraviesa no es contraria a aquella petición. Talvez es aquel su destino en este minuto de su vida. Quién dice que llegar a los cien años es lo ideal, las vidas son diferentes. El sentimiento como escalofrios que siento al escuchar su música, es solo ambiental. Querer que se mantenga, que siga vivo, para qué no sé. Talvéz lo logró todo y allí termina el juego.

Como Lennon quien supo que The Beatles ya habían sido. Todo tiene un tiempo de duración para ser perfecto, si se sobrepasa, estás condenado a vivir de recuerdos, de la época en donde fuiste más exitoso.
El apego a la vida -de los famosos y fulanos- es tan extraño.

no entren moscas

Nunca había pensando en la opción de cerrar la boca, y no dar vida material a las ácidas palabras que suelo emitir, con un sabor final a crítica y pesimismo puro. Será mejor que empieze a actuar tranquilamente y tragarme mi percepción cada vez que no sea agradable. No sé como escapar de mí, aunque me siento conforme con lo que hay dentro, por lo que no necesito de los demás. Me doy cuenta de que es anormal la situación, aunque los seres muy sociales no viven con ellos mismos y por eso requieren de atención exterior. Quisiera meterme la opinión pública en el bolsillo, creo que de ese modo viviría más libre, sin consejos ajenos ni apreciaciones superficiales. Estoy esperando que pasen los días a ver si me ocurre algo emocionante, por mientras rellenaré con mi enriquecimiento intelectual .
Todos podemos tener un momento oscuro en la vida, que sea este, a esperar, soy fiel creyente en la dualidad de mundo. Si estás mal ¡celebra! algo bueno ya vendrá.

VER ANO

El verano siempre ha sido inspirador aun no tener uno inolvidable.
Es más, lo traduzco en una larga espera de emociones y muchas actividades por hacer que probablemente nunca llegarán. En el balcón y sobre el suelo, asemejándome a una alfombra porfiada, me acomodo para hacer fotosíntesis con los primeros rayos de la mañana en este dos de enero. Mientras la ciudad fermenta, salgo a buscar el diario en calzón dando fe de que nadie me verá aunque me vea. Encuentro una carta en su lugar. Una carta con pinta de puño y letra en sobre de papel. Una carta, cuando pensé que Jumbo era el único que se acordaba de mí. Don Fermín Illanes, presente. Me pico porque es para el vecino que intuitivamente sugiero se fue de vacaciones hace unos meses al sur y no pretenderá volver, según la señora del negocio que conversaba con una clienta, mientras yo revisaba invisible las papas y comenzaba de a poco a odiarlo por mala gente y por mal vecino, por envidia y por rencor. Por mi repudio hacia toda la humanidad, hacia la gente chica. Repudio hacia los niños y jóvenes que pertenecen a mi estrato etáreo, pero donde no me incluyo, me incluí ni incluiré.
El verano siempre ha sido inspirador aunque en realidad nunca tuve alguno inolvidable.
Es más, lo traduzco en una larga espera de emociones y muchas actividades por hacer que probablemente nunca llegarán. Desde mi ventana veo caminar algunos grupos de gente que indudablemente se dirigen a la playa. Estúpidos bañistas, gozadores de las incomodidades y el sabor salado. Conversando con otros iguales, entregando puntos de vista donde no importa la respuesta sino el momento que termine para que puedas hablar. La superficie de la arena, personas pequeñas. Y yo acostado, ahora en traje de baño sobre la cama, estiro los brazos y me muevo de un lado a otro como nadando, al tiempo que sostengo el papel y termino de leer la ultima frase. “¿Cómo va la vida?”
Yo aquí, veraneando, respondo.

SANTO LADRON

Huelga de brazos caídos en 'Los Chunchos' en el pasaje del extraño olor. Cuando el encierro me sofoca y me hace sentir oscura es porque estoy triste. Quiero salir arrancando pero no sé a dónde, irme o quedarme siempre. Me baño, me visto y me siento infeliz. Me baño otra vez. Prendo el computador y voy directo a la música. Mi cuerpo se mueve, creo que es el segundo momento más feliz del día después de que me baje del colectivo y escuche Martha my dear. Esto no es depresión ni agorafobia, solo no había escuchado a los Beatles.

?

¿Por qué no nos juntamos un ratito a conversar? Es probable que me halla abandonado abruptamente por tener que convivir con sentimientos remasterizados. Qué bienestar, no he dormido en 24 horas, me siento cansada, pero me quedaría despierta si es por estar contigo.
Cuando pienso en ti no quiero que llegues. Cuando apareces, no quiero que te alejes tanto.
Bésame cuando y cuanto se te antoje, nada me importa, todo me parece indeciso, me resisto un poco, cuando me rindo hacia ti todo se vuelve saludable y con buena brisa me deslizo por el tobogán acabando en tu mundo, o al menos lo que conosco de él, que no es más que tu parte y la mia, avanzando.

P A R A N O Y A

Sin entenderlo ya no puedo oír la música, sobretodo cuando está directamente chorreando sobre mis tímpanos producto de los audífonos. Tampoco al probar escuchando bajito y por lo lejos, porque confundo el sonido de los acordes con mi respiración y un sonido de tetera si es que alguien las recuerda.
Inteligente y muy tenue es este descuartizamiento de mis sentidos, ya que sin rencores voy perdiéndolos. Hace un momento dejé de ver colores y definiciones, todo se volcó negro sin retorno. Perdido, rascando mis ojos y esforzándome a encontrar alguna luz, estoy seguro de que alguien se aproxima. Miro y no puedo dejar de mirar la puerta, alguien entrará con fuerza a mi pieza con una cara paralizante, de payaso o solo de miedo, agarrado a la perilla de la puerta con las piernas separadas, pose estratégica, mirándome fijo y con odio sin dejar de jadear. Yo me concentro para poder implotar, (explotar por dentro) o convertirme en la misma oscuridad. Tras unos segundos de suposiciones, comienza a desaparecer.
Lo miro y me observa triste, sabe que sé. Lo descubrí primero y lo arruiné al llegar a la solución pero al mismo tiempo a la muerte de estas emociones. O quizás no quería la cura tan repentina. De todos modos, esta vez observo con más calma la imagen proyectada en la pared a partir de mi mente.
Mi mamá, mis abuelos, algún perro que nunca tuve, una compañera de curso del colegio, me hace creer que será el próximo ser en asomarse por la puerta.
Ya no sé dónde me dirijo, me revuelvo en la cama y quedo pendiendo hacia abajo, sujetado por las sábanas astutamente incrustadas bajo el colchón. Si hago ruido puedo despertar a mi papá, viejo de mierda a quien no se le escapa ni una, y que se va a enojar por no haberme ido a dormir. Por haberle desobedecido al irme a la cama a divagar en vez de soñar, a preferir el encierro rotundo a un estado más abundante y económico de inconciencia.
Estirándome finalmente y resignándome a recordar antiguas figuras, observo inmóvil el color de la nada como estando dentro de un ataúd, eternamente.

doctor

Llegó finalmente la primavera. Las farmacias y doctores se relamen y frotan sus manos como moscas ante el suculento panorama: las alergias. En Falabella TV están vendiendo un purificador de aire a cincuenta lucas y la Cruz Verde hace un 10% de descuento por los inhaladores, todos los lunes de este mes. Y como somos tan obedientes, partimos al médico y luego a la farmacia con la receta, donde con el dolor de nuestra alma compramos todos los remedios que se nos sugiere. Es como si uno se rezara realmente los treinta padre nuestros que el curita nos pedía de penitencia en el confesionario. No se puede hacer caso a todo tampoco, uno tiene que creerse autónomo. ¿O alguien si lo hizo?

ANTOFALOPAS

A Antofagasta le dicen la dormida. Yo diría también, la manipulada. La pasiva, la que paga no más sin mirar el precio. Dos torres de cobre se ganaron el proyecto bicentenario llamado “hilo de agua”, que se construirá en el bandejón de la nueva Costanera Central y frente a la Poza Histórica de Antofagasta. A ver si le combinamos las grúas de fierro bicolores que circundan toda la franja costera intentando decir algo que nadie ha intentado descifrar aún. No hay que preocuparse por los turistas, ellos se sacarán fotos en el monumento igual, eso si, no sé si habrá algún antofagastino por ahí capacitado para explicarlo. Es una ciudad demasiado concreta para conceptos tan abstractos.

¿Hagamos sándwich?

Llegó septiembre y la rutina se nos hizo una broma pesada. Mirando la hora y hacia fuera por la ventana, queremos salir del trabajo y comer asado. Nadie presta atención a sus deberes, el país pierde dinero por el poco rendimiento en las producciones en estas fechas. Nadie quiere pensar otra cosa. Llegue a mi ciudad y observé. Con una reacción mecánica que asusta, las personas de mi barrio empezaron a saludarse y cocinar parrilladas fuera de sus casas. La vieja peleadora repartía chicha, y mi mamá que no dejaba que me juntara con los Castillo, estaba bien metida en el jardín mostrándole las plantas a la señora Nolfa. Los cabros chicos pesados pasaban corriendo y si le dabas un ala de pollo se ponían contentos. Y con todo este éxtasis patriótico no me siento identificada aún, porque cuando vuelvo por esos lados fuera de la fecha, ya no me recuerdan.

Manuel García

Encumbrándome

Me duele la cabeza y arrugo los ojos para aliviar el dolor. Estamos con las jugarretas de cabros chicos, no quiero mejor. A veces quiero quitarme simplemente, bajarme del juego. Después, me parece necesario intentarlo.

Abro el aparato reproductor de música y me pierdo otra vez en sus notas, en una voz acojedora reposando sobre sonidos de cuerda y madera. Llegó a mi vida para contentarme algunas semanas o meses, según la cantidad de sentidos que pueda encontrarles. Yo quisiera lanzarme, deslizarme por un tobogan con la misma hermandad con la que aprecio a las gentes que me rodean, humanos, aquí por lo mismo.
Yo entré no más para mirar, y me quedé.

Fonda zapateá



Llegó Septiembre. Solo basta que la nación se percate de las fechas en el calendario y ya es posible observar a los trabajadores de Chile bajo una exquisita expectación. Embobados se encuentran en sus oficinas, salas de clases o cualquier rincón de nuestro país, relamiéndose por sus pensamientos de fiestas patrias.
Los sinónimos de esta celebración están claros: carne, chicha, vino, empanadas y por su puesto en abundancia, aunque contrario a lo que se cree, no son pre-requisito para garantizar el éxito de unas fiestas bien celebradas.

El 18 en Iquique es igual al resto del norte. Las ramadas no tienes ramas, pero sí, techos de lona, paredes de cholguán y piso de tierra o, dependiendo del capital disponible, malla raschel (la verde) y son celebradas en el estadio más conocido como el Complejo Deportivo Tadeo Hancke. En él se pueden encontrar infinitos puestos ofreciendo comidas típicas (de la fecha), juegos tradicionales, música que se escucha en nuestro país; cumbia, reggaeton, electrónica y mucha cueca, todo esto acompañado de un penetrante e imponente nubarrón producto de las carnes asadas.
La diversidad se apodera del lugar ofreciendo fiesta para todos los gustos y en un solo lugar, eso sí, el sello va guiado por los directores de la fiesta: los fonderos. ¿Cómo reconocerlos?

El responsable: Juan Sepúlveda de 54 años, tiene un local llamado “El Carmelo.” que se distingue por su énfasis en celebrar la fiesta con un toque nortino.
“Corresponde bailar unas buenas cuecas pero también no hay que olvidarse de lo que nos corresponde como región”, comenta mientras escribe los precios en una pizarra.
Aparte de los anticuchos y carnes asadas, vende platos típicos aymaras: calapurca, picante de conejo y el inolvidable chuño, para descentralizarnos un poco. Terminadas las ramadas ya planifica la siguiente, pensando en las mejoras para el local así como la oferta que se expande cada año.

El tropical sound: Cristian Vial Carrasco es un joven emprendedor. Su papá le propuso este año que se encargara de la administración de “Gumersinda”, el segundo puesto de ramadas de su familia. El lugar está, como todos, adornado de banderitas y copihues desarmables, grandes ramas sobrepuestas en un toldo y una pareja de huasos pegados en la pared. Gracias a la posición de las mesas se logra un espacio libre de obstáculos para que los presentes puedan bailar si gustan, las alabadas u odiadas melodías que emanan desde los amplificadores. En su mayoría es música tropical y cumbias centroamericanas, repitiendo algunos temas a pedido del público, casi todos jóvenes.

El patrón de fundo: Tiene trabajando para él a dos meseras y dos parrilleros, los cuatro peruanos. En su fonda hay cueca, se vende empanada y anticucho, lo que se toma es chicha y todo va de blanco azul y rojo. Así no más. Su nombre es Ezequiel González, es chileno y está feliz de serlo. Trabaja en las ramadas todos los años a partir de 1990. “Yo soy de Los Andes y allá pal’ 18, jugábamos hasta el palo encebao’”. En una cruzada evangelizadora decidió traer la verdadera fiesta a Iquique, pero al llegar se dio cuenta que así no funcionaba la cosa y que en el norte no había ni pasto. Ni campo. Ni caballos. Acá solo se come, se toma y se ríe. Así que adecuándose al contexto, terminó por cocinar pollo con papas fritas y contratar peruanas. Bienvenido a la mentalidad iquiqueña don Ezequiel.

Otros: Acá están los que no se pueden generalizar. Solo hay uno de cada uno. Está el señor de los cuyes, que hace un juego súper complicado y grande, con ratones nortinos. También ofrece anticuchos, aunque no muchos le compran ya entenderemos el porqué.
La pesca milagrosa, que tiene peces chinos cada vez menos producidos, también vende chupetes, pastillitas, súper 8 y esas cosas.
Sin ningún respeto está el puesto de completos. No les basta con plagar toda la ciudad. También me encontré con el de los anticuchos que tiene que estar, sino le quitamos todo lo pintoresco al asunto. "Yo maté a Elisa", "Póngale nombre al niño", “Wajardo”, entre otros nombres, también anduvieron matando.

Y un sinfín de personajes varios pero todos iguales, réplicas, iguales todos los fonderos. Yo no se por qué entro a un lugar en vez de al otro, si son todos iguales. Ninguno se esfuerza por crear algo diferente, sino le refuerzan nuevas características a lo establecido. Y por la copia aparece un negocio tocando sound, diez negocios tocando sound, y a todos le molesta pero nadie lo detiene. Si no creamos nuestras propias cosas, no tendremos ese apego a conservar la identidad de nuestras tradiciones. Pero como no lo hicimos, no sentimos remordimiento.